- La denominada ‘ola naranja’ que se impuso tanto en la Alcaldía de Santa Marta como en la Gobernación del Magdalena deberá dar un viraje estratégico a su plataforma si desea apoyo del Gobierno Nacional.
Desde tempranas horas de este domingo 27 de octubre cientos de samarios y residentes en los distintos barrios acudieron a los puestos de votación que dispuso la Registraduría del Estado Civil para ejercer su derecho a elegir.
Los sufragantes cumplieron un compromiso con la democracia y así quedó evidenciado con la alta participación tanto de jóvenes, adultos, miembros de la tercera edad e inclusive personas con alguna capacidad diferente. En términos generales Santa Marta vivió una verdadera fiesta donde prevaleció la alegría y entusiasmo, aunque se deben mejorar varios aspectos entre ellos: implementar la fila preferencial a los ancianos, mujeres embarazadas, personas ciegas, con bastón o en silla de ruedas.
La biometría que fue utilizada en varios puntos de votación fue eficaz para evitar la suplantación de los sufragantes, así como el apoyo del personal adscrito a la Registraduría que colaboraba con la información precisa a las personas. En este debate no hubo quejas o reclamos por parte de los jurados ya que recibieron sus refrigerios y almuerzo de manera oportuna.
Los resultados electorales según algunos analistas dan cuenta en la reducción del abstencionismo, pero lo que nunca imaginaron fue la altísima votación a favor de la candidata de Fuerza Ciudadana, Virna Lisi Jhonson, quien nunca asistió a los debates públicos ni se le conocieron las propuestas de gobierno en su propia voz.
Lo que se comenta en ciertos corrillos políticos de la ciudad es que la denominada ‘ola naranja’ que se impuso tanto en la Alcaldía de Santa Marta como en la Gobernación del Magdalena deberá dar un viraje estratégico que ayude a lograr una sintonía con las vertientes políticas contrarias y poder jalonar el apoyo del Gobierno Nacional en las apuestas de desarrollo territorial.
El planteamiento esbozado por varias personas respecto a ‘que roben pero que hagan’ no podrá ser la justificación al momento de elegir a un candidato a corporación pública bajo ninguna circunstancia. ‘‘Los dineros públicos son sagrados, deben ser invertidos en prioridades sociales y de progreso para beneficios colectivos’’, dijo uno de los analistas a Revista 7.
