- A esos casos se les conoce como el ‘Síndrome de Estocolmo’.
Luego de que Mayerly Santos durara 47 días privada de la libertad y sin tener razones de ella, la Fiscalía en medio de la audiencia de imputación de cargos reveló que la víctima se habría enamorado de su captor.
Las autoridades dieron con la ubicación de la mujer y hasta el pasado 14 de julio fue rescatada en un apartamento, ubicado en el norte de Bucaramanga. Mediante el operativo fue capturado Ricardo Tarazona Martínez, de 39 años, quien vigilaba a la empresaria, que es esposa de un palmicultor en Santander.
Según las pruebas se hallaron unas cartas donde expresó que perdonaba a Ricardo por el secuestro y por mantenerla en una selva.
“Soy capaz de perdonar el hecho que me hayas raptado, a pesar de saber que estoy aquí en esta selva en contra de mi voluntad. Jamás te guardaría rencor y no sería capaz de hacerte daño, pese al daño que me has hecho a mí y a mis seres queridos, solo te pido sinceridad”, decía una de las cartas.
Se conoció que en la misiva Mayerli le profesaba su amor y le agradecía a Dios por todo lo que vivió junto a él, pese a que las condiciones fueron en contra de su voluntad.
“Amor, nunca imaginé que de estas lágrimas surgiera un amor tan grande y especial como este. Aunque la forma en la que nos conocimos no fue la más apropiada, le doy gracias a Dios por todo esto… Cada día te amo más”, leía la fiscal durante la audiencia.
A estos casos los conocen con el síndrome de Estocolmo. La mujer, después de su rescate dijo que los secuestradores la trataron muy bien.
“Nunca me maltrataron, al contrario, fueron muy buenos conmigo”, dijo.
La Fiscalía enfatizó que el hecho fue en contra de su voluntad y el único fin era que el palmicultor, esposo de la mujer, pagara por su liberación.
