- La pelea por la alcaldía de Santa Marta tiene un episodio más y se develan las que al parecer, son las estrategias.
A medida que se acercan las elecciones y el debate electoral sube la temperatura, se incrementan las acciones políticas y judiciales para acceder al poder. La pelea por la alcaldía de Santa Marta tiene un episodio más y se develan las que al parecer, son las estrategias.
En los últimos días se conoció una decisión de tutela por parte de la Sala Penal del Tribunal Superior del Magdalena, donde se ordenaba al Juzgado Primero Penal del Circuito de Santa Marta, que dentro de los cinco días siguientes al pronunciamiento tomara una decisión en segunda instancia sobre la situación jurídica de Rafael Martínez, alcalde fuera de sus funciones hoy y con medida de aseguramiento.
La estrategia al parecer es: provocar que el Juez Primero Penal del Circuito, que debe resolver la apelación de la medida de aseguramiento contra Rafael Martínez, se pronuncie en cinco días hábiles, ante esto, pueden pasar dos cosas:
- El Juez revoca la medida, lo cual equivale a que retorna en el momento más coyuntural políticamente hablando, Rafael Martínez y con él, toda la maquinaria política de Fuerza Ciudadana, con las consecuencias que políticamente se generarían a favor de los candidatos de Fuerza Ciudadana.
- El juez confirma la medida, lo cual equivale a que continúa Rugeles y se mantiene el estado actual de las cosas.
Lo curioso es que cualesquiera de las dos variables le convienen a la estrategia de defensa de Martínez, por dos cosas: ante el primer caso, lógicamente la fiesta que harían los candidatos y adeptos de Fuerza Ciudadana sería estruendosa y en el segundo caso aunque con menos fiesta también les convendría, porque aunque Rugeles continuara en el cargo, el simple hecho de provocar el pronto pronunciamiento del Juez, así sea desfavorable para los intereses inmediatos de Martínez, le abriría una puerta a él y a sus abogados, para solicitar una audiencia de revocatoria de medida ante cualquier otro juez de control de garantías, que no habían podido solicitarla antes, porque el Juez 1 del Circuito Zagarra, no se pronunciaba.
Esta última posibilidad implica que desde ya debe estarse preparando, en la oficina de reparto de los juzgados, el reparto “milagroso”, al juez que tendrá en sus manos la posibilidad de no solo de revocar la medida de aseguramiento de Martínez, sino de abrir la llave para el ‘chorro’ de recursos económicos que hoy necesitan las candidaturas de Virna Johnson y de Carlos Caicedo que lógicamente se verían oxigenados y financiados al mantener nuevamente el control sobre los recursos de la Alcaldía.
En pocas palabras la estrategia es clara por una u otra forma porque en manos del juez “milagroso” que se escoja, podrían pasar los siguientes milagros:
- La aparición de Martínez nuevamente en la Alcaldía de Santa Marta.
- La aparición de los recursos necesarios para la campaña de Caicedo y de Virna.
- La elección inexorable de Caicedo en la Gobernación del Magdalena y Virna Johnson en la Alcaldía de Santa Marta, esto último se explica porque al ser reintegrado Martínez, el discurso efectivo que hace ganadora a Fuerza Ciudadana en las urnas, es el discurso de victimización, el cual encontraría en este fallo la mejor inspiración y el mejor argumento de todos los utilizados hasta ahora, para sacarle las lágrimas de compasión a los electores.
Tal parece que las elecciones en Santa Marta no serán el 27 de octubre próximo sino en cinco días, y el conteo de los votos, no se hará en la Registraduría sino en los juzgados, y los recursos no serán invertidos tanto en la campaña sino en el juez elector.
Entre tanto, la pelea se confunde entre la política y lo judicial por el poder de la Alcaldía de Santa Marta. Ya muchos samarios se preguntan: ¿dónde estaban los magistrados firmantes cuando Martínez y sus abogados dilataron por más de un año la misma audiencia en primera instancia?
