No más veneno a perros, gatos y palomas del San Miguel

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  • Samarios rechazan la insensibilidad de las personas que maltratan a estos animales. 

Una gran cruzada animalista que busca despertar la sensibilidad ciudadana ha emprendido la señora Amalia Posada, quien pide darle amor y comida a la cantidad de perros, gatos y palomas que rondan por el parque San Miguel.

La sensible mujer quien reside en el Centro Histórico de Santa Marta y labora en una panadería cercana, ha adoptado a los abandonados seres sintientes y gracias al apoyo que recibe del padre Hernando Fajid, párroco de la iglesia del cementerio San Miguel, brinda alimento y agua a más de 15 perros, cerca de 12 gatos y un centenar de palomas.

Ese amor que doña Amalia le transmite a los animales no es casual ya que según lo expresó ella viene de un hogar en donde le inculcaron el respeto y amor hacia los seres vivos. Inclusive tiene familiares que son veterinarios aunque no viven en Santa Marta.

‘‘A mí me da mucha lástima ver a tantos animalitos en la calle y la insensibilidad de ciertas personas que en lugar de darles protección lo que hacen es maltratarlos. Muchos me critican porque les llevo comida y agua de beber a esos animalitos’’, recalcó.

Reconoce que en su negocio le quedan diversos alimentos que ella no puede botar y prefiere servirlos a los caninos, felinos y aves que deambulan por el emblemático parque céntrico. ‘‘Creo que lo ideal sería recoger a estos pobres animalitos y conseguirles algún albergue o alguien que pueda adoptarlos porque la situación es preocupante ya que hay unas perras preñadas y otras en calor lo que causa inconvenientes en este sector’’, indicó doña Amalia.

Es válido mencionar que todas las mañanas doña Amalia proporciona alimento y agua a los animales sin dueño en un lugar contiguo al Colegio Hugo J. Bermúdez cuya actuación cívica no ha sido bien recibida por algunas personas que la critican y le lanzan improperios porque literalmente ‘‘los perros, gatos y palomas libres son un estorbo y una amenaza a los niños, jóvenes y turistas que transitan por el parque San Miguel’’, dijo un vecino quien pidió la reserva de su identidad.

Doña Amalia relató el triste episodio que padeció una mañana de enero cuando unas palomas ingresaron a su negocio a comerse varias migajas de pan o de buñuelo que dejaron caer unos clientes. Una de esas palomas voló asustada y se estrelló contra un abanico de techo resultando mutilada, fue algo terrible que nos impresionó a todos. ‘‘Desde entonces colocamos pan a las palomas en la calle para evitar que ingresen al local donde tengo 4 abanicos de techo’’, explicó.

A esta cruzada animalista están invitados los samarios a sumarse, por el bienestar de los perros y gatos sin dueños.

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