Santa Marta se está quedando sin ríos

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  • Más de 40 barrios están siendo perjudicados por la desviación del agua que alimenta el acueducto local.

No solo el verano y la deforestación generan los problemas de suministro de agua en Santa Marta, a esta situación se le suma la desviación del líquido en los caudales de los ríos Piedra  y Minca.

La planta de tratamiento de Mamatoco, que surte el norte y centro de la ciudad, pasó de producir 690 litros por segundo en enero a 400 LP en el presente mes; mientras que la planta de El Roble que se encarga de abastecer el sur, sector hotelero y corredor turístico abastecía 380 litros por segundo al comienzo del 2019 y  200 LP en lo que va mayo.

La administración local acepta que para superar la problemática de agua potable, se necesita nuevas fuentes de captación del recurso hídrico, debido al deterioro de los ríos que anteriormente gozaban de un buen caudal.

Con el fin de atender la situación, la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta, Essmar estableció un plan de contingencia, que servirá para suministrar el líquido a las comunidades y recuperar la mayor cantidad de agua que han dejado recibir las plantas de tratamiento.

 “Como consecuencia de esta situación, las corrientes del río, que bajan de la Sierra Nevada, pierden fuerza y no alcanzan a verter agua a las plantas de tratamiento, agudizando la crisis que están padeciendo los samarios por la ausencia del preciado líquido”, explicó Ingrid Aguirre, gerente de la Essmar.

De igual forma, la institución señala que la cantidad del recurso que ha dejado de entrar a las plantas de tratamiento, alcanzaría para abastecer por lo menos 40 barrios de la ciudad.

Según Wilson Rodríguez, director del Departamento Administrativo de Sostenibilidad Ambiental, Dadsa las talanqueras no solo perjudica el acueducto, sino los ríos, porque pierden oxigenación, aumentando el riesgo de contaminación y daños  inquebrantables a la flora y fauna.

“Con las represas se está frenando el ciclo normal de los afluentes, se genera un cambio brusco de sus niveles, pues mientras que antes del balneario el agua puede alcanzar el metro y medio de altura, posteriormente queda reducido a pequeños canales”, indicó.

Por otra parte, también se ha denunciado el robo de agua en el río Aracataca, provocando no solo la sequía en los pueblos, sino la notable desaparición en un tramo de la Ciénaga Grande.

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