El día en que Terlica tiñó de rojo el mar de Taganga

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  • Este martes se cumplen 11 años de uno de los desastres ambientales más grande que se ha vivido en Santa Marta, el derrame de crudo de aceite de palma.

Como un momento terrible, así recuerda Eudaldo Mattos, aquel 23 de abril de 2008 en que debido a una explosión de uno de los tanques de almacenamiento de aceite de palma de la empresa Terlica S.A., el mar de Taganga cambió su tono cristalino por un extraño color rojo.

Era de madrugada, algunos pescadores se encontraban en su faena, cuando se sintió el estropicio que dejó una persona muerta, 10 heridas y cerca de 90 mil toneladas de aceite fueron derramadas en el sector del emisario submarino, detrás de la Punta de Betín en Santa Marta.

Según un informe del Instituto de Investigaciones Marina y Costera José Benito Vives de Andréis (Invemar), presentado en junio de 2008, el aceite afectó el ecosistema marino, principalmente las colonias coralinas.

Corales pétreos y coral fuego observados en contacto con el aceite de palma al segundo día del derrame en el sector de Playa Grande / Invemar

El Ministerio De Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial a través de la Resolución No. 1671 del 24 de septiembre de 2008 del, aseguró que: “el Plan de Contingencia no fue activado acertada ni oportunamente y no se aplicaron los procedimientos adecuados para contener el derrame en forma eficiente”.

La recolección del aceite duró alrededor de un mes, los pescadores de la zona se sumaron a este trabajo. “Muchos de los que fueron contratados para sacar el líquido han presentado problemas en la piel”, aseguró a Revista7, Ariel Daniels De Andreis, líder de Taganga.

Y, ¿la compensación?

Luego del desastre ambiental las operaciones de la empresa estuvieron suspendidas por más de cuatro meses. En ese tiempo se implementaron las obras de mitigación y manejo de acopio en la zona de operación de los tanques de almacenamiento y se reforzaron los diques.

La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) señaló que Terlica debía pagar 500 millones de pesos y además debía sembrar 800 árboles; sin embargo, solo se sembraron 400, de los cuales únicamente sobrevivió el 5 %.

“Una fundación se encargó de sembrar unos árboles, pero no sabemos si fueron contratados por la empresa. Lo cierto es que después de todo este tiempo todavía continúa faltando cumplir con los compromisos a los que se llegaron”, afirmó Eudaldo Mattos, presidente de la Junta Acción Comunal.

En cuanto a los programas de compensación  que debió ejecutar la empresa, según líderes de la comunidad no se ha podido iniciar y se desconoce el estado del mismo. “En estos momentos no se ha socializado el proceso que se debe adelantar, porque hay una resistencia por parte de la comunidad por todo el tema del nuevo puerto”, aseguró Ariel Daniels De Andreis.

Revista7 buscó a un portavoz de Terlica S.A. pero, al momento de publicar este post, no fue posible conocer su posición frente al proceso de compensación que debió realizar la compañía tras el derrame de aceite. Mientras tantos continúa la polémica por el impacto ambiental causado y, según líderes de la comunidad, poco es lo que sea resarcido.

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