- El Plan de Ordenamiento Territorial es el centro de los intereses políticos-empresariales y un ingrediente fundamental de la polarización que por estos días se hace más notoria en la ciudad.
Santa Marta cuenta con uno de los Planes de Ordenamiento Territorial más antiguo del país. El POT vigente ‘Jate Matuna’, fue expedido en el año 2000, es decir, hace más de 19 años, por lo que se hace urgente su actualización.
La discusión que hoy pone a tan valioso documento en la palestra, va más allá de la necesidad que tiene la ciudad de reorganizar los parámetros de su desarrollo urbanístico, el centro del debate por estos días, son los intereses que giran y están en juego alrededor del Plan.
No es un secreto que con el Plan de Ordenamiento Territorial muchos empresarios se podrían beneficiar o ver afectados, luego que sus proyectos puedan o no ejecutarse conforme a lo que establece dicho instrumento.
El Distrito tras varios años de trabajo y socialización, ha anunciado que tiene listo el denominado POT 500 que pretende tener una vigencia del 2019 al 2030, donde se plantea una línea para ser amigable con el medioambiente. Sin embargo, requiere la aprobación de Corpamag para luego ser presentado ante el Consejo Distrital y así pueda entrar a regir.
Con toda la convulsión que se ha dado al interior de la Alcaldía, donde hoy la ciudad es administrada por Andrés Rugeles, alcalde (e), tras la salida del mandatario electo Rafael Martínez por sus líos jurídicos; las pujas por el POT se hacen más fuertes y notorias.
Muestra de ellos son los enfrentamientos entre políticos, donde la discusión no es si el Plan de Ordenamiento beneficia a la ciudad sino dichos intereses que están en juegos de cara a las próximas elecciones.
La disputa la protagonizan los exalcaldes Carlos Caicedo y Juan Pablo Díaz Granados, quienes se tiran uno al otro aludiendo las “ganancias” que cada uno podría tener de acuerdo a lo que se exponga en el POT. Por un lado el líder de Fuerza Ciudadana manifiesta que el Alcalde (e) le meterá mano al Plan con el objetivo de “beneficiar a las familias tradicionales de la ciudad”, mientras que Díaz Granados le responde diciendo que “se le acabó el negocio”.
El país tiene que conocer que la prioridad del alcalde ilegítimo de Santa Marta son los 800mil millones de las vigencias futuras del agua y el nuevo POT para favorecer a los clanes familiares corruptos que en el pasado privatizaron y saquearon los bienes y servicios públicos.
— Carlos Caicedo (@carlosecaicedo) 8 de abril de 2019
Lo que el pais debe conocer es que usted actualmente tiene media de aseguramiento por homicidio; está imputado por corrupción; inhabilitado por 12 años para ejercer cargos públicos; y sus cuentas embargadas por ser responsable fiscalmente. No se confunda gran bandido. Cínico!
— Juan P. DiazGranados (@juanpadzgnados) 8 de abril de 2019
Lo que el pais tiene que conocer
es que “quien las hace, también se las imagina”Con el Alcalde @arugeles se les cayó el espurio negociado del agua y las extorsiones via POT distrital
Sus angustiantes cortinas de humo no le servirán para responder por sus gravísimas culpas.
— Juan P. DiazGranados (@juanpadzgnados) 10 de abril de 2019
Frente a esto, Rugeles no ha dicho sí ni no a la posibilidad de ‘meterle mano’ al Plan de Ordenamiento. “Estamos en empalme, obviamente estamos en un proceso de recibir la información, analizarla y obviamente tomar las decisiones necesarias, pero no quiero adelantarme si antes estar bien documentado sobre el tema”, aseguró el Alcalde (e), en entrevista con W Radio.
Mientras tanto, las apuestas seguirán creciendo para omitir o agregar detalles al POT, este será uno de los ingredientes importantes para las alianzas político-empresariales que se están gestando en las precampañas electorales.
Por su parte los samarios, algunos ignorantes de lo que significa tan voluminoso documento, otros con lupa en mano por su conocimiento al respecto, esperan que más allá de los intereses de los grupos políticos que disputaran el poder, realmente le entregan a Santa Marta un Plan de Ordenamiento Territorial valioso para una verdadera revolución urbanística en la capital del Magdalena.
