¿El popó de perro sirve de abono?

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  • Algunas razones por las cuáles no se debe dejar excremento de perro en vía pública.

A raiz de un video protagonizado por una joven bogotana que se niega a recoger el excremento de su mascota, asegurando que en dos semanas se descompone, un tuitero identificado como Felipe León, estudiante de Veterinaria y Biología explica la invalidez de este argumento y la importancia de recoger el popó de perros.

En primer lugar, la materia fecal es un foco de enfermedades tanto para otros perros como para nosotros los humanos. Además de atraer insectos y roedores  las heces tienen una carga microbiana altísima que contamina todo a su alrededor, entre o no en contacto con ella.

Debido a la dieta omnívora, que incluye materia seca de origen vegetal y animal, la caca de un perro se demora mucho más en descomponer que la de un animal herbívoro como una vaca, que solo digiere material vegetal

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Además, agrega que la alimentación que reciben las mascotas a base de concentrados dificulta aun mas la descomposición. La composición de los concentrados contienen aditivos y conservantes con propiedades antibióticas, y así como retrasan la proliferación de microorganismos en su comida.  También dificulta la proliferación de microorganismos y hongos en sus heces, haciendo su descomposición aún más difícil.

León no niega el hecho que existan formas de convertir el excremento de las mascotas en abono, sin embargo, no se trata de dejar el popó en el jardín. “Existen maneras en que los excrementos de los perros pueden utilizarse como abono, pero esto requiere de tratamientos especiales a altas temperaturas y/o en biodigestores para poder añadirse al compostaje”. 

Riesgos de los excrementos en vía pública 

Por último, explica que la demora en la descomposición de los excrementos hace que estos se vayan secando, blanqueando y endureciendo con el tiempo. Luego de este estado, empieza a pulverizarse y liberar partículas que viajan por el aire y llegan a los pulmones, ojos y comida de las personas, ocasionando riesgos.

Alergias, problemas respiratorios y enfermedades gastrointestinales son algunos de los posibles efectos en la salud, siendo más vulnerables los niños, los ancianos y las poblaciones inmunodeprimidas. 

El excremento también puede contener parásitos o sus huevos y llegar a cualquier persona por contacto accidental con una plasta que nadie quiso recoger, provocando enfermedades muy peligrosas como la hidatidosis quística.

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