- No hay estadísticas reales. El Centro Histórico es el “epicentro” de menores que son obligados por sus padres a mendigar.
El trabajo y la explotación infantil se agudizaron en Santa Marta. La masiva presencia de venezolanos deja en evidencia la necesidad que docenas de familias salgan a las calles para mendigar o vender cualquier dulce, sin embargo, son los menores de edad quienes están haciendo la tarea de sus padres, laborar para conseguir el sustento de los hogares.
El Centro Histórico de la capital del Magdalena y las afueras de los almacenes de cadena se han convertido en el escenario principal donde cientos de pequeños acuden hacia los transeúntes en busca de solidaridad que se traduce en dinero.
Pese a las políticas públicas de infancia y adolescencia, las campañas de prevención y al trabajo mancomunado entre Bienestar Familiar, la seccional del Ministerio del Trabajo, la Policía y el Distrito, cientos y cientos de menores siguen siendo la herramienta laboral de muchas familias que habitan en esta parte del país.
