Por: Alberto Camilo Blanco Jiménez
Los Juegos Deportivos Nacionales fueron creados por el Presidente de la República, Pedro Nel Ospina, mediante la Ley 80 de 1925, con la denominación de “Juegos Olímpicos Nacionales” y le correspondió promoverlos al Ministerio de Educación Nacional.
El primer certamen lo realizó la ciudad de Cali y fueron inaugurados por el profesor alemán Hans Huber, su director, el 7 de diciembre de 1928. Las disciplinas oficiales de los deportistas participantes fueron: ciclismo, béisbol, baloncesto, ajedrez, atletismo y fútbol, donde la mayoría de los competidores eran estudiantes.
El deporte que centró la atención en estas justas, fue el fútbol al momento en que empieza a rodar el balón el día 20 de diciembre y terminó el 10 de enero de 1929. La final la jugaron Santa Marta y Barranquilla, ciudades que por esas calendas se disputaban la supremacía del balompié colombiano. Los samarios se quedaron con el título tras derrotar dos goles por cero al equipo “ñero”.
La base de esta gloriosa escuadra estuvo conformada por alumnos del Liceo Celedón con Arturo Acuña y Manuel F. Núñez, como sus principales gestores. El Club Deportivo, que tuvo vida deportiva desde 1909 hasta 1939 y cuyos fundadores fueron: Marcelo Heymans, “Bambino” Bermúdez, Gabriel Echeverría, Nicolás Daníes, Agustín Correa, Simón Solano, entre otros; por su parte, la Normal con Víctor Daniel y Moisés Ponce Lozano; el Nariño Futbol Club; la Sociedad Unión, de Bernardo López Barros; El Club Boyacá de Antonio Lafaurie Paris y El Mamatoco de Pedro Apreza. Justamente en estos clubes deportivos, radicaba la grandeza del seleccionado samario.
La delegación en la parte administrativa estuvo presidida por Antonio Lafaurie Paris y como entrenador el histórico Moisés Ponce Lozano. La nómina de los jugadores campeones quedó conformada de la siguiente manera: Oswaldo Bermúdez, Eusebio Angulo, Manuel Granados, Ricardo “El bollo de yuca” Granados, Jacobo Wellman, Aníbal “El Pollo” Yánez, Idelfonso Rada, Juan Sales, Guillermo López Russo, Heriberto Guerrero, Efraín Arregocés, Carlos Nery López, Oswaldo Diazgranados, Nicolás Pimienta, Enrique Ponce, Andrés Martínez, Jacobo Pinedo Barros, Jorge Diazgranados, José María Pacheco, Tomás Emilio Mier, Eduardo Barliza, Carlos Martínez y Jorge Valencia.
Una vez listo el equipo, partieron a la ciudad de Cali el 7 de diciembre de 1928, viaje que se convirtió en una verdadera odisea, tras navegar por dos océanos y llegar dos días después a Buenaventura para posteriormente trasladarse por vía férrea a la sultana del Valle.
Sentido histórico del título
Luego de los grandiosos triunfos del fútbol y los consabidos honores que le tributaron estos magnánimos deportistas y dirigentes a la ciudad, es oportuno recuperar la memoria histórica del poderío de nuestro balompié, para que las generaciones del presente conozcan los episodios gloriosos del futbol samario del ayer, y asuman tanto los deportistas, como los dirigentes, la tarea de rescatar de manera responsable la extraordinaria herencia ganadora que nos dejaron los insignes campeones de 1.928.
Todo honor y toda gloria a Moisés Ponce Lozano
Su padre Víctor Manuel Ponce, fue testigo ocular, de la llegada del fútbol a Colombia, en el instante en que los marineros ingleses corrían detrás de una pelota en los playones del frente de su casa, en la calle 11 (cangrejal) con la carrera primera, desde entonces el fútbol entro como integrante de la familia Ponce. Enrique y Moisés se convertirían en unos apasionados practicantes del fútbol.
Moisés Ponce Lozano, jugó fútbol desde 1911, hasta 1928, cuando pasó de jugador a entrenador, campeón en ese histórico año. Se puede considerar un emblema del fútbol samario, a este notable jugador, entrenador y dirigente deportivo, por tantos logros que le entregó a la ciudad y al departamento. Cuatro títulos, cofundador de la Liga del Magdalena, primer presidente del colegio de árbitros, secretario de los Juegos Deportivos Nacionales de 1950.
Homenaje a los Olímpicos de 1928
Luego de cumplirse 90 años de este grandioso triunfo del fútbol samario, en los primeros Juegos Deportivos Nacionales efectuado en Cali, se hace necesario, rendirle tributo a la memoria de éstos históricos deportistas, por parte de las autoridades distritales y departamental, para honrar a esos insignes atletas que enaltecieron el fútbol samario.
