Jugaron de primera, en la Segunda

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Por: Alberto Camilo Blanco Jiménez

En esta décima tercera operación retorno de la “B” a la “A”, jugaron de primera, los integrantes del Unión Magdalena, en el torneo de segunda división, de ascenso o “Torneo Águila”, como comercialmente se le denomina a esta categoría del fútbol profesional colombiano, a causa de 7 soportes fundamentales que le permitieron jugar de primera en la segunda división.

Analicemos esos 7 puntos:

Primero: La vinculación del entrenador Harold  Rivera, desde el año pasado, suceso que le posibilitó conocer la base de jugadores del onceno samario, tanto de los experimentados como los que venían en un proceso de formación en las categorías menores del Club, además de tener la asistencia  en los trabajos de campo de  Gonzalo Martínez  y la dinámica de juego  que le imprimieron a las transiciones ofensivas y defensivas del elenco bananero, que dio excelentes resultados  a partir de la novena fecha del presente torneo, después de golear a Bogotá en  Santa Marta, en el momento más difícil vivido en la presente temporada. De ahí en adelante, en 22 fechas, solo perdió el juego ante Llaneros, con una nómina satélite. Entonces, Harold Rivera y Gonzalo Martínez, fueron los arquitectos de este juego de primera en la segunda.

Segundo:  Los jugadores, fueron los ingenieros, que en la cancha materializaron la magna obra urbanística que nos llevó por los ascensores a izar, en el pináculo del edificio de la Dimayor, la bandera azul y roja.  Así que, después que el cuerpo técnico en asocio con los Directivos comprobaron las debilidades y fortalezas de la nómina, contrataron refuerzos que en verdad mostraron unas extraordinarias funciones en las posiciones que se requerían; por esa razón, John Montaño, veterano de mil batallas, llegó como marcador de punta izquierda y allí se contó con un buen defensor, además de un excelente goleador mediante los tiros libres; Johan Valencia, con jerarquía y juventud, se constituyó en el equilibrio del medio campo bananero; Dixon Rentería, empezó como marcador derecho y terminó dándole una enorme seguridad a la zona central en el costado derecho defensivo; César Giraldo, arquero que contribuyó con Patriotas y Tigres, para que en su momento subieran a la “A” y ahora con el Unión, se convirtió en la polea del ascensor que llevó al “Ciclón” al piso más alto del edificio del rentado nacional, por su seguridad en los tres palos; Jhonier Vivero, notable su accionar en las jugadas impensadas y desequilibrante en los pie a pie ofensivos; Luis Aníbal Mosquera,  puntero de raya y diagonales certeras por el costado derecho bananero; Julio Murillo, llegó tarde, pero rápidamente cogió el ritmo y terminó siendo titular inamovible del sector central defensivo  izquierdo y David Ferreira, que fue el adalid del medio campo samario; Cristian Suberu, marca y salida por la banda derecha y Erwin Carrillo, quien a pesar de las reiteradas lesiones pasó el examen. Otros con menores figuraciones, pero que también aportaron su cuota, fueron: Byron Garcés, John Miranda y el argentino Fernando Batiste, su compatriota Marcelo Vidal, que por una lesión poco contribuyó, pero también tiene su puesto en el bus de la victoria.

Sumado a esos refuerzos, se destaca la trascendencia de las divisiones menores  al mostrar  a Ricardo “El caballo” Márquez, como “la joya de la corona” debido a que fue genio y figura con sus abundantes y definitivos goles; Fabián Cantillo, la caja de cambio, para administrar las velocidades a lo largo y de la cancha; Daiver Vega, fuerza y goles como delantero, anotó el primer gol del  campeonato con Unión en el  estadio Sierra Nevada; Andrés Rodríguez,  Diego Ruiz, Rugery Blanco, Miguel Ospino,  John Labastidas, Fernando Sánchez, también mostraron buenas condiciones cuando  el entrenador los llamó a la titularidad.

Tercero:  La parte administrativa, manejó con un alto sentido gerencial los recursos humanos, físicos, deportivos y financieros, de tal forma que no quedara ningún principio organizacional fuera del engranaje directivo.

Cuarto: La afición y el estadio Sierra Nevada, fueron factores humanos y estructurales, determinantes en el éxito del Unión Magdalena en su regreso a la casa materna.

Quinto: Los medios de comunicación, se constituyeron en canales de promoción, información y valoración positiva de la pasión hacía la causa bananera en su operación retorno.

Sexto: El departamento médico en cabeza de Édgar Sánchez Comas y la preparación física en manos de Diego Rojas, potencializaron la salud y la condición física de los jugadores .

Séptimo: El conjunto recreacional “Los Trupillos”, que brindó todas sus comodidades deportivas y habitacionales que necesitaba el Unión para iniciar y terminar la mayúscula tarea de regresar a la élite del balompié colombiano.  Con el aporte de estas 7 maravillas, Unión Magdalena, jugó de primera en la segunda división.

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