Las siembras se realizan en Minca, Bonda y Guachaca. Se distribuye en el Mercado Público de la ciudad.
Por: Revista7
Por el alto costo de traslado de los productos, el mal estado de vías y la difícil comercialización de sus cosechas, los campesinos de veredas y corregimientos de Santa Marta, habían dejado de sembrar; dejando a un lado su verdadera “idiosincrasia” económica.
Y esa economía estaba basada en la siembra, cosecha y venta de tubérculos, que hace apenas cinco años les estaba generando pérdidas y desencanto.
“Bajar un bulto de yuca costaba 12 mil pesos y se terminaba vendiendo en 16 mil pesos, la ganancia era apenas de cuatro mil pesos”, aseguró Rafael Lavalle, subsecretario de Desarrollo Rural del Distrito.
Sin embargo, un proyecto pensado en los pequeños y medianos comerciantes les dio la esperanza de renacer, de volver a sembrar y de llevar a los hogares samarios productos naturales, orgánicos y con poco riego de pesticida.
“Los campesinos volvieron a sembrar por un proyecto único a nivel de Colombia. Les estamos garantizando la comercialización de sus productos, que era el problema principal que tenía el sector agropecuario de esta parte del país” manifestó Lavalle.
Esa comercialización ha permitido que en el último año se hayan distribuido 800 toneladas de frutas, verduras y tubérculos como maracuyá, lulo, aguacate, naranja, mandarina, ahuyama, aguacate criollo, cilantro, ají, ñame, yuca y habichuela.
“La principal característica es que se trata de productos altamente naturales, frescos con menos insecticidas. Además, que los estamos distribuyendo en la plazoleta del Mercado Público, en almacenes de cadena y en los mercados campesinos”, puntualizó.
